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Amigos con derecho, ¿realidad o ficción?

Hace algún tiempo, concretamente en el año 100 antes de Kanye West, un pequeño grupo de personas inventaban un nuevo concepto. Así, decidieron que tener buen sexo con alguien que no se pudiera etiquetar ni siquiera como amante o romance pasajero era lícito. La relación establecida podía durar por un larguísimo período (una vida entera). La clave del asunto radicaba (¿radica?) en la amistad, ya que la persona con la que se acostaban (¿acostamos?), además de otras cosas, era (¿es?) un amigo, sí: un amigo con derecho (vulgarmente conocido como fuck buddy).

Este nuevo concepto gozó de un éxito apabullante durante sus primeros años de existencia, años en los que reinaba el amor libre y París era una fiesta. La filosofía del sexo sin compromisos se mantuvo en vilo durante todo el siglo XX, gozando de cierto auge en los 70 y los 80 con la llegada de la psicodelia y las drogas químicas. En los 90 la cosa se relajó pero a finales de la década 2000 la tendencia pisaba fuerte de nuevo volviendo a nuestras vidas. Todavía hoy resiste frente al invasor: la pareja tradicional. 

Pero hay que decirlo, así como no todo lo que brilla es oro, no todas somos Anaïs Nin o Simone de Beauvoir… La amistad con derecho, basada en valores tan positivos como la libertad, tan atractiva de por sí, resulta dificilísima de manejar y es solo apta para almas muy superiores. Tiene, como todo al fin y al cabo, sus pros y sus contras. O sea, está chido y no está chido.

Veamos unos escenarios negros a continuación:

Motivaciones oscuras

Sujeto A: Te dice que tiene intención de convertirse en tu amigo con derecho y aunque sabe desde el principio que no quiere nada más (como tú) te demuestra todo lo contrario. Se burla de las playlists de amor y escapadas románticas a Acapulco pero en realidad está buscando a su pareja definitiva. Todo bien, pero las cosas claras ¡que no te confunda!

Sujeto B: Con tono arrogante, tomándote de la mano te dice que quiere algo más que amistad contigo… Aparentemente no hay compromiso (ese era el trato) pero acaba tratándote igual que a una novia, exigiendo atención constante. ¡Cuidado! Mentir sobre nuestras motivaciones, ocultar nuestras intenciones y no ser claros con la otra persona es crónica de un fracaso anunciado. Lo principal en una relación de todo tipo ha de ser la sinceridad.

Relación parecida a un noviazgo

Sujeto A y Sujeto B deberían tener claro que no son ni proveedores de servicios sexuales, ni amantes (esta categoría implica casi tantas obligaciones como una pareja)… ¡Ni mucho menos tus novios! En teoría, son tus amigos. Bastaría con que entendieran esto. ¿Se comportan como tal? Pues ni por asomo llegan a parecerse a un amigo cuando…

El Sujeto A te hace creer que es tu novio. De momento bien… hasta que su plan de búsqueda y captura de su pareja definitiva vaya tomando forma. El día llegará y no serás tú. Lo malo es que después de tantos cariñitos y palabras vacías vas a sufrir sin querer. Tú tenías las cosas claras desde el principio y seguían haciendo lo de siempre solo que añadiendo sexo. Él te dio más de lo que pedías y ahora te lo quita. ¡OMFG! ¿Y ahora qué? ¿Paquete de kleenex y maratón de chick flicks?

El Sujeto B se cree tu novio a secas. ¿Qué es lo que le está pasando por la cabeza? El problema es que te engañó con la propuesta, la tomada de mano es decisiva. Tú podrías haberte dado cuenta en el momento de la primera discusión injustificada (ya han tenido 1000), una noche cualquiera, porque no le respondías a un WhatsApp a las 23:54 a pesar de las palomitas azules. Puff… ¡qué hueva! ¡Agarra la caja de condones y corre antes de que sea demasiado tarde! 

Consecuencias fatales

Retomar la amistad que un día tuviste va a ser ardua tarea en ambos casos. En el del Sujeto “A” porque has salido dañada, porque ha jugado con tus sentimientos, porque te ha dado mucho más de lo que pedías. Como decíamos antes, tú tan solo querías pasártela bien… Querías lo de siempre, es decir, un primer plato pero aderezado con vinagreta de jueguitos sexuales. Y en lugar de eso tuviste primero, segundo y postre (amistad, noviazgo y ruptura total). En el “B” la relación se ha roto porque se le fueron las cabras por completo. Simple. 

Moraleja

La amistad con derechos nunca ha sido tarea fácil, pero no te azotes. Seguramente no vas a ser tú la que revoluciones este concepto de más de 100 años de antigüedad. ¡O a lo mejor sí…!

En ese caso, por favor comparte tu sabiduría y tu experiencia de alma superior inmediatamente con el mundo entero.

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